domingo, 29 de mayo de 2011

Reflexiones de un Místico



Es cierto que los místicos en general y los rosacruces en particular afirman que el azar no existe. Sin embargo, esta "expresión tradicional" merece ser explicada. Desde el punto de vista rosacruz no significa que el hombre sea responsable de todo lo positivo o negativo que ocurre en su existencia. Quiere decir mas bien que todo acontecimiento tiene una causa, pero que dicha causa no tiene siempre su origen en el comportamiento humano. Por ejemplo, todos los hombres se benefician del aspecto positivo que produce el sol cuando calienta o ilumina nuestro planeta, pero ni la luz ni el calor depende de ellos. Ambos tienen su fuente en el propio sol y en sus efectos termonucleares.
En su aspecto más negativo, los temblores de tierra, con los desastres que causan en todos los planos, tampoco son provocados por los hombres. Su origen está en los efectos, a veces, destructivos, de la evolución del globo terrestre. Vemos por tanto que podemos vernos enfrentados a acontecimientos que no son resultado de nuestros actos y que tampoco se deben al azar.
En el plano humano todo individuo recoge más pronto o más tarde lo que ha sembrado, tanto lo positivo, como lo negativo. Desde el punto de vista místico es esta ley, conocida como ley de compensación o ley de causa y efecto, la que constituye el fundamento de nuestra evolución espiritual.
Vivimos en una sociedad de manera que nos vemos constantemente afectados por el comportamiento de los demás, tanto en lo positivo como en lo negativo. es decir, cada dia debemos vivir situaciones agradables y desagradable en contacto con los demás sin que por ello se vea implicado nuestro karma personal.
Podemos pasar momentos agradables en compañía de personas interesantes no habiendo hecho nada especial para merecerlo.
Por el contrario, se puede sufrir una agresión en la calle sin que ésto se deba a una deuda kármica. En la mayoria de los casos este tipo de pruebas se debe simplemente al hecho del que el mundo cuenta con individuos poco evolucionados que no dudan en agredir a otros por razones muy diversas: hacerles daño, robarles, causarles temor, etc.
En estos casos no se trata del azar, sino del libre albredío de estos individuos que, a nuestro pesar, tienen el poder de hacernos experimentar los efectos negativos de su mal comportamiento.
El hombre forma parte integrante de la naturaleza; está sometido a los fenómenos naturales. Es cierto que algunos escapan a nuestra comprensión y a nuestro control, lo que explica que a veces tengamos la impresión de que la naturaleza trabaja ciegamente. Sin embargo, todos tiene una causa natural y están recogidos por leyes que estudian los científicos. Es dificil poner ejemplos relativos a los acontecimientos que tienen una causa que no es humana ni natural, sino divina. Por lo general entran en el marco de lo que se denomina "la Divina Providencia" y conciernen a situaciones que han sido cósmicamente establecidas. A falta de un termino mejor y en un espíritu paradoxal, se podría atribuir estas situaciones al "azar", pero en el sentido que Albert Einsten" daba a éste término, es decir, se trata "del camino que Dios elije cuando quiere permanecer anónimo"
F.R.C.

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