sábado, 29 de diciembre de 2012

Abrir y cerrar puertas


"Abrir y cerrar puertas, ¿habéis reflexionado sobre la
importancia de este gesto? ¿Sabéis cuándo abrir una puerta y
cuándo cerrarla? Evidentemente, en la vida cotidiana lo sabéis:
lo hacéis todo el día para entrar y salir, o para hacer entrar
y salir a aquellos que acogéis en vuestra casa. Pero las puertas
de las que yo os hablo, son aquellas que tenemos en nosotros
mismos. Son estas puertas que es preciso aprender a abrir o a
cerrar: abrirlas cuando queremos alcanzar las regiones
celestiales o permitir a los ángeles de entrar en nosotros, y
cerrarlas para impedir que penetren los espíritus tenebrosos,
para preservar nuestras riquezas espirituales.
Las puertas existen en nosotros bajo toda clase de formas. Ya en
nuestro cuerpo físico poseemos doce: los dos ojos, las dos
orejas, los dos orificios nasales, la boca, los dos senos, el
ombligo y más abajo aún dos puertas más. Estas puertas nos
ponen en comunicación con el mundo físico que nos rodea; pero
lo que no se sabe, es que ellas también tienen por función
ponernos en comunicación con el mundo psíquico y el mundo
espiritual. Así pues, he aquí un amplio campo a estudiar:
cuándo y cómo abrir o cerrar estas puertas…"

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