lunes, 18 de abril de 2011

Temor a la muerte


Desde que el hombre fue consciente de su existencia y tuvo capacidad para reflexionar sobre su condición, no ha cesado de meditar sobre el significado del nacimiento, de la vida y de la muerte. Con el paso de los siglos, ha ido encontrando respuestas a muchas de las preguntas que se había planteado como el cómo de su existencia.
Actualmente, la ciencia es capaz de explicar la mayoría de los procesos psicológicos que hacen que exista vida orgánica en los seres vivos, desde el momento de su concepción hasta el de su muerte. Sin embargo aún no puede explicar los misterios que rodean en que la vida nos abandona. Para el hombre primitivo, el nacimiento de un niño era un hecho milagroso que suscitaba a la vez admiración y temor.
Ante la imposibilidad de comprenderlo y explicarlo, lo atribuía a que un espíritu invisible habia tomado posesión del cuerpo de la mujer, y que llegado el momento, abandonaba a ésta bajo la forma de un niño. El fenómeno de la muerte le causaba una perplegidad todavía mayor, ya que, alcontrario de lo que ocurría con el nacimiento, era el primer paso hacia una inercia total y definitiva.
¡Hay que imaginarse lo que debió sentir el hombre primitivo cuando tuvo que afrontar por primera vez el nacimiento de un niño o la muerte de sus semejantes!
Ambos hechos produjeron en él una intensa experiencia interior que nunca podria olvidar, y así comenzó la eterna búsqueda del "Conócete a tí mismo". En el transcurso de su evolución, comprendió rápidamente que también él debía haber nacido así, lo que le hizo suponer que también moriría un día y caería a su vez en ese estado de completa inercia que había podido observar en otros.
Probablemente, el hecho de haber nacido no le espantaba tanto como el presentimiento que también debía morir. Conocía lo que seguía a lo primero, pero no tenía idea alguna de lo que pasaba después de lo segundo. De éste modo la muerte se convirtió en uno de los mayores misterios para el hombre, y en nuestros dias, aún continúa serlo.
Como todos los fenómenos que no pueden ser comprendidos o explicados de forma racional, la muerte forma parte de los hechos a la que se temen.Casi todo el mundo siente temor ante ella porque considera que es el fin definitivo de un estado que ya no se volverá a experimentar. En cierto sentido, este temor tiene su fundamento, ya que cuando una persona muere, realmente desaparece para siempre lo que constituye su individualidad terrenal.
Su cuerpo, su cara, su voz, su aspecto general, son características que correspondían a algo único que la naturaleza tiene muy pocas probabilidades de volver a producir exactamente igual. Por lo tanto, es normal pensar que la muerte de un ser humano se lleva consigo lo que éste era en el plano terrenal.
Por esta causa, las personas que tienen una visión materialista de la existencia, contemplan a la muerte de forma negativa, pues no ven razón alguna para enfocarla de otra manera. Sin embargo los místicos ven las cosas de manera diferente, ya que consideran este trance, no como fin, sino como una transición del alma.
F.R.C.

1 comentario:

  1. A la muerte yo le digo, nada traje, nada tengo
    Y nada me llevaré, compañera del camino
    Cuando, te plazca...llega presta, puedes venir
    Con paciencia y dignidad a tu trabajo cumplir
    No importa en que forma vengas,
    En que tiempo, o el lugar
    Eres la puerta que se abre al final de mi jornada
    Para que en cada ciclo, pueda mi alma descansar
    Yo te sabré recibir y nunca te haré esperar
    Es principio y es final, es, todo en el universo
    Todo es uno, todo existe, todo es nuevo y todo es viejo.
    Y asi es como yo, la veo, la vida es una cadena y nosotros los eslabones que giramos sin parar.
    Muy interesante mi duendecillo, muy interesante.
    Un abrazo grande.
    Ambar (campanilla)

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