

Existen diversas clasificaciones de las aguas mineromedicinales. La más utilizada es la clasificación química por el contenido (aniónico/catónico) predominante donde un anión/catión debe representar mas del 20% de la mineralización global para clasificar un agua como tal.
Hay que tener en cuenta que un agua mineromedicinal puede compartir varias características de la siguiente clasificación y suelen encontrarse, además, oligoelementos que también son responsables de otras acciones.
- Aguas cloruradas: sin entrar en detalles para no cansar, son estimulantes de muchas funciones orgánicas. Las acciones concretas sobre los sistemas orgánicos dependen de la mineralización total del agua y de la via de administración. Se suelen usar en reumatología, dermatología, afecciones respiratorias crónicas, y en estados de agotamientos físicos.
- Aguas sulfatadas: Su mineralización y temperatura son variables. Sus principales usos son digestivas y habitualmente laxantes.
- Aguas sulfuradas: Su olor es característico a huevos podridos: Suelen tener materia orgánica que supone una fuente adicional de azufre: Algas, y Bacterias. El azufre bivalente se absorbe por todas las vias de administración. Gran capacidad de óxido reductora sistemática.
Estas aguas tienen su principal indicación en determinados procesos reumáticos, dermatológicos y respiratorios.
- Aguas bicarbonatadas: Suelen ser de baja mineralización. Su uso sobre todo, es en bebida. Estimula la secreción enzimática pancreatica, canalizan la orina y tambien el PH gástrico.
- Aguas Carbogaseosas: Por vía oral son estimulantes de la secreción gástrica y del peristaltísmo intestinal.
- Aguas Radiactivas: Se han demostrado beneficios sobre el sistema neurovegetativo, el endrocrino y el inmune, ya que en curas termales no suponen ningún riesgo. Se utilizan principalmente, en reumatología, afecciones respiratorias crónicas, y trastornos infraneuróticos.
"El Balneario del molinar en Karranta", restaurado en 1982, constituye la única estación balnearia Vizcaina en funcionamiento. Lo regentan Los Padres Palotinos, cuyas aguas termales descubiertas en 1789 son muy apreciadas por sus cualidades curativas para el rumatismo. Su situación junto al rio Carranza, en un entorno rodeado de montes y campos verdes, en un parque de árboles vetustos, surcados por caminos de bancos, invita al descanso y al relax.