domingo, 25 de septiembre de 2011

Libre albedrio

Tendemos con demasiada frecuencia a utilizar el razonamiento para contradecir inutilmente el razonamiento de otros, e incluso para destruirlo. No es así como un Rosacruz debe hacer prevalecer el bien y la verdad.
Aunque es su deber utilizar la razon para evitar que alguien cometa un error evidente, no debe tratar de destruir el razonamiento de la persona a la que desea ayudar.
Debe evitar toda relación de fuerza o, dicho de otro modo, el enfrentamiento de los egos, y actuar de manera que la otra persona pueda cambiar por si misma su forma de reaccionar.
Rechazar los propios razonamientos o reprimir lo de los demás, lleva siempre a una situación de discordia. La represión, tanto mental como física, es inevitablemente destructiva, ya que engendra una acumulación de energía, que cuando encuentra un medio de expresión, escapa a todo control inteligente, y finalmente, se convierte en una fuerza negativa.
Por lo que, al igual que no debemos rechazar los conceptos erroneos de nuestro propio razonamiento, tampoco debemos reprimir los de otros.
Como ya he dicho anteriormente, lo que hay que hacer es tomar consciencia de ellos, reconocerlos tal como son, canalizarlos, y finalmente, trasmutarlos en elementos de razonamiento positivo y constructivo.
Para poner una anallogía, pensar en la enorme presión que ejerce el agua retenida en los muros de una presa. No se puede ignorar o suprimir esta presión sin correr peligro. Muy al contrario, lo que hay que hacer es canalizarla y dirigirla para que pueda ser transformada en una fuerza motriz constructiva y generadora.
Si la presa llegara a generar una relación de fuerza y de represión entre ella y el agua, es evidente que la acumulación de energía creada por la masa de agua en movimiento, terminaria por romper la masa estatica de la presa. Entonces el potencial constructivo de esa energía escaparía a toda forma de control inteligente, y finalmente, acabaría por destruir todo lo que se opone a ella, algo que lamentablemente ya ha pasado muchas veces.
Pero ampliando esta analogía, ¿cual sería la utilidad de la presa más poderosa si no existiera un rio que la alimentara? Igualmente, ¿de qué puede servir el razonamiento más sólido y coherente si no se pone al servicio de la corriente cósmica de la intuición?

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