martes, 22 de marzo de 2011

Peregrinaje interior


Mucho se ha escrito sobre el conocimiento, por no decir todo; pero todavia queda mucho por hablar del arte del autoconocimiento.
El conocimiento en que debemos apoyarnos para caminar hacia la Jerusalen Celestial no se limita a saber de manera teórica lo que puede ser conocido leyendo lo que otros han escrito o escuchando su opinion sobre un tema. Lo que no quiere decir que el conocimiento de las artes, de las letras, de las ciencias, de la filosofia. o misticismo, no tenga ninguna razon se ser y que sea inutil leer y profundizar en él.
Lo que quiero decir, es que la acumulación de conocimientos, por muy misticos y completos que sean, no es suficiente para dar a nuestro baston de peregrino la suficiente solidez para que pueda sostenernos hasta nuestro destino.
El gran conocimiento que debemos adquirir, debe aunar el saber acumulado mediante el estudio de lo que es transmitido desde el exterior, y el conocimiento que debemos descubrir recorriendo los caminos de nuestro propio Reino interior.
En otras palabras, solo podemos esperar llevar a buen termino nuestro peregrinaje místico, si dedicamos el mismo tiempo y el esfuerzo al conocimiento interno que a conocer la opinion de otros.
Conocerse a sí mismo, es ante todo, es verse como tal y como uno es ante el espejo de la consciencia, y saber exactamente lo que somos y lo que no somos, para bien y para mal. Esto implica mirarse con lucidez desde el interior.
Para conocerse bien a uno mismo es sumamente importante escuchar y tener en cuenta los veredictos de nuestro juez interior sin por ello desatender la opinion de las personas que nos rodean, pues si la ley cosmica ha decretado que los seres humanos obtengan su evolución espiritual viviendo entre sus semejantes, es sin duda porque debe ser así.
Desde el mas necio al mas sabio, desde el malvado al generoso, todos nos ayudamos mutuamente a perfeccionar nuestra evolución, y esto de múltiples maneras, desde la mas dolorosa a la mas agradable, desde la mas penosa, a la mas facil. Sin embargo, aunque es cierto que otros nos pueden abrir las puertas, o al menos indicarnoslas, somos nostros, y nosotros solos, los que debemos recorrer, el camino que nos conducirá hacia una de ellas.

1 comentario:

  1. Muy insperado mi duendecillo, a veces hacemos más caso de lo que oímos, vemos y leemos, que de esa voz interna que nos dice tantas cosas, que la mayor parte del tiempo NO, las escuchamos.
    Abrazotes grandes.

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