jueves, 17 de julio de 2014

Ejercicio de Protección con los Chakras

chakrasEste ejercicio se puede realizar en cualquier sitio, en el coche, sentado a la mesa, echado en la cama. Sólo asegúrate de no tener los brazos y las piernas cruzadas. Es bueno soltar el cinturón o cualquier prenda que apriete, para estar verdaderamente relajado.
A través del chacra de la coronilla, del cuero cabelludo, deja que entre una luz clara y blanca. Si hace falta, utiliza la imaginación. Simplemente imagina que una luz blanca fluye hacia tu cabeza desde arriba. Luego deja que salga a través del estómago y el plexo solar en forma de un rayo de luz blanca (visualiza un gran flor que sale de la boca de tu estómago). El proceso consiste en “inhalar” luz blanca por la cabeza y “exhalarla” a través del plexo solar (boca del estómago). Hacerlo con la respiración.
Apoya ligeramente la mano en el área del estómago para concentrar tu atención en lo que percibes con los sentidos. Puede que sientas calor o un poco de picor o una ligera vibración o incluso una corriente eléctrica sutil.
Una vez que empieces a sentir la energí­a, aleja tu mano ligeramente, de cinco a diez centí­metros. Sigue dirigiendo el flujo de luz blanca que atraviesa tu cabeza y sale por el plexo solar. Con la mano delante del estómago, puedes sentir los cambios y las fluctuaciones en la energí­a a medida que extiendas la mano .¿Parece cambiar? ¿Es más débil o más fuerte?
Gradualmente aumenta el espacio entre el estómago y la mano hasta que el brazo esté totalmente extendido delante del plexo solar. Al mismo tiempo, observa cómo te sientes. ¿Te sientes distinta, quizás mejor, más segura y abierta, más libre?
Para la próxima fase de este ejercicio, recibe y transmite la luz blanca sin poner la mano. Ahora intenta dirigir el “rayo de energí­a” a un objeto. Podrí­a ser la empuñadura de la puerta, un libro, una silla o cualquier otra cosa. Practica esto hasta que puedas percibir cuando la energí­a del rayo llega al objeto. Rebotará ligeramente cuando se encuentra con un objeto inanimado.
El propósito del ejercicio es comprender que, mientras se emite luz y energí­a, no se puede recibir o absorber nada por el plexo solar.
Esta es la mejor protección para influencias no deseadas. Después de este ejercicio, sientes por primera vez una energí­a que fluye a través tuyo y que conecta con el mundo.
Puedes aprender a hacer este ejercicio instantáneamente con un “chasquido” de tu conciencia. Es perfecto si tienes que entablar una conversación telefónica desagradable o si tienes que hablar con alguien de un tema delicado.
Cuando tienes que influir sobre alguien, esto supondrá una diferencia importante, ya que la transmisión de energí­a es reconocida por todos, aunque de una manera inconsciente.
Este ejercicio ayuda además a superar los miedos en cualquier situación y a fortalecer el carácter.

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