La soledad

Estos casi 3 meses de pandemia he tenido tiempo de hacer una introspección sobre mi mismo y sobre el comportamiento de las personas a las que cuido y lo he llamado "Un canto a la soledad"
El ser humano es social por naturaleza, si bien hay momentos en los que las personas necesitamos espacios de soledad para reflexionar o crecer interiormente.

Esto significa que la soledad se puede convertir en un valor cuando es la elección libre de una persona que no se encuentra en una situación de vulnerabilidad o desamparo.
Por otro lado, una persona puede estar sola sin sentirse en soledad, o, por el contrario, sentirse aislada a pesar de hallarse en grupo.
No perdamos de vista que buena parte de las personas vulnerables, que se sienten y/o están solas, son mayores y la ancianidad constituye un depósito de valores para nuestra sociedad que deberíamos cultivar; tradición, sabiduría, sacrificio, respeto, experiencia, ternura.
Si la soledad puede ser un estado elegido de vivir una intimidad desconectada de los demás, el aislamiento social supone una falta de contacto con otros individuos, obligada por falta de recursos personales, familiares, sociales o económicos, que origina sentimientos de inseguridad y de vulnerabilidad.