sábado, 30 de enero de 2016

Convierta sus defensas naturales en un potente escudo protector


Tanto si teme coger un resfriado, la gripe o una neumonía, ésta es la temporada idónea para forjarse unas defensas naturales a la altura de la coraza de un carro de combate.
El tema de cómo reforzar las defensas naturales (el denominado sistema inmunitario) ha sido insuficientemente estudiado en las facultades de Medicina.
Y, sin embargo, sin las defensas naturales estaríamos muertos. Ellas son las que permiten a nuestro cuerpo deshacerse rápidamente de los organismos microscópicos que intentan colonizarlo repetidamente: virus, bacterias, levaduras, priones…
Como la coraza de un blindado, los seres humanos disponemos de varias capas de defensa que nos protegen. Ciertas defensas son específicas para combatir determinados ataques, mientras que otras están hechas para resistirlo todo. 


Un sistema de defensa “inteligente”

Nuestras defensas naturales son bastante más eficaces que los medicamentos, pues son un sistema “inteligente”.
Sin intervención alguna por nuestra parte, identifican al agresor, eligen las mejores armas para contraatacar y ponen en marcha toda una estrategia para hacernos recuperar nuestro buen estado de salud a la mayor brevedad. La mayoría de las veces, incluso logran destruir los microbios sin que nosotros siquiera lo notemos.
Sólo en contadas ocasiones padecemos fiebre, tos, inflamación, dolor de cabeza y agujetas, todos ellos signos de que se está librando una auténtica batalla en nuestro organismo. 

¡Hay que aprovisionarse de munición!

Pero, como todo ejército que quiere ser eficaz, nuestro sistema inmunitario necesita munición. Esta munición son los aminoácidos, los antioxidantes, los minerales, las vitaminas y los oligoelementos, y todos proceden de la nutrición. Nuestro cuerpo los utiliza para fabricar las células y los transmisores del sistema inmunitario (denominados “antígenos”) encargados de destruir los cuerpos extraños.
Históricamente, los médicos se han sentido muy atraídos por la idea de descubrir cómo fortalecer el organismo para conseguir que esté mejor protegido.
Y sin embargo, aún en la actualidad, son pocas las personas que saben cómo fortalecer el sistema inmunitario. Nuestro sistema de salud se centra más bien en los medios de combatir las infecciones una vez que éstas se manifiestan (antibióticos, antivirales, antiinfecciosos, etc.). 

Cuando no existían los medicamentos, no teníamos elección: ¡más valía prevenir, porque existía el riesgo de no poder curar!

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