martes, 9 de diciembre de 2014

A lo largo de nuestra vida, nos hemos tropezado muchas veces con personas que han dejado enseñanzas y aprendizajes, que han marcado una pauta y han sido determinantes para nosotros. Un familiar, un amigo y hasta un desconocido que sin ningún interés personal, te extendió la mano en algún momento determinado.
Todos estos han sido tus guías, tus maestros que de una forma u otra te condujeron por los caminos de la razón para evitarte tropiezos y frustraciones, o simplemente para levantarte. Solo quedaba de parte nuestra haber prestado mucha atención, leer ese mensaje, agradecer esa enseñanza para saber que ellos con su sabiduría y amor, solo querían lo mejor para nuestro ser y a la vez acercarnos a la simplicidad de la vida.
Como perfectos seres humanos, tropezamos y caemos muchas veces, pero como seres de Luz nos levantamos una y otra vez, desde esa fuerza interior que permite sobrepasar todo obstáculo y seguir con nuestro camino.
Después de los tropiezos, viene un periodo de reflexión, y es precisamente en ese instante, que si logras bajar la cabeza, te entregas y te rindes ante tu ser y desde la humildad de tu corazón solicitas con amor asistencia de Dios y sus ángeles, o los seres de luz a quienes les tienes devoción; es en ese preciso momento que te logras conectar con tu Divinidad, con ese Maestro Interior que siempre has llevado dentro de ti, despertando tu consciencia y suministrándote las respuestas; reconectándote con tu proyecto de vida. Es un proceso realmente hermoso, es el comienzo de tu transformación, de oruga a mariposa, y vives el proceso de dolor intensamente, pero disfrutas también del proceso de autocuración y sanación de tu Alma.
Una vez que alcances esta etapa, no hay vuelta atrás, pues tu ser ha reconocido a ese maestro interior, tu Alma te agradecerá lo que has hecho por ella y te seguirá impulsando para que hagas cosas que jamás pensaste que eras capaz de hacer. De las maneras más misteriosas, empezaras a ver como todo siempre estuvo claro ante tus ojos y empezaran a resolverse los asuntos que tenias pendiente. El Universo te enseñara todas las oportunidades que siempre habían estado ahí solo para ti, y empezaran como arte de magia a llegar y fluir nuevas personas, libros, talleres, mensajes, correos que uno a uno te irán guiando y conectando hasta el camino de donde una vez perdiste el sendero, pero que vuelves a retomar para recuperar tu misión de vida. Todo ello formara parte de tus aprendizajes y los Maestros, Guías Espirituales se encargaran de mostrarte las realidades de tu vida para empezar a sanarte.
Medita unos minutos al día, 5 para empezar son más que suficientes. En ese silencio de tu habitación y dejando libre tu mente de pensamientos, lograras conectarte una y otra vez con tu Maestro Interno. Mantener la mente libre aunque sea unos minutos, te permite pensar mas claramente sobre tus propósitos y de lo que acontece en tu vida. Haciendo un habito la meditación, te relajara, te conectara mas con tu divinidad y tendrás esos minutos solo para ti para consentir tu cuerpo, mente y Alma.
Recuerda siempre, “Todos somos Seres de Luz viviendo una experiencia en un cuerpo humano”.
Un Abrazo de Luz para todos!
Analicia Masiero

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