domingo, 3 de febrero de 2013

Dejar fluir


rio

Cuantas veces oimos a personas decir “Dios no me escucha” o “Dios se ha olvidado de mí”. El poder de la oración es maravilloso pero requiere de mucha Fe.  Cuando pedimos una intención  no lo podemos hacer como quien va a comprar zapatos  o va  a encargar un producto por catálogo que llegará por correo. Dios no trabaja así.
No sé si nos habremos preguntado alguna vez en verdad qué es la Fe y qué implica.  La Fe tiene mucho que ver con confiar, con entregar nuestras necesidades, ponerlas ante  Dios y permitir que Él se haga cargo .
Podria parecer muy cruda y es que no siempre lo que nos conviene es lo que anhelamos y a veces es necesario atravesar por caminos difíciles y llenos de obstáculos  para lo cual hay una explicación  si entendemos la vida como la escuela donde vinimos para adquirir experiencias fundamentales que nos hagan mejores personas; y que nos permitan ascender en evolución espiritual durante el tiempo que se nos ha asignado para vivir en el aquí y en el ahora, por tanto, entonces tendríamos que aceptar que no siempre lo que quisiéramos es lo que logramos  obtener, en funcion de ese aprendizaje.
Las peticiones  que trasmitimos a través de la oración deben fluir hacia Dios,  dejarlas libres  y sin obstáculos para que se conviertan  en realidad en el tiempo de Dios. No debemos ponernos fecha ni  presionarnos, la paciencia es más que una cualidad un requisito para crecer espiritualmente.
En este 2013  que recién comienza hagamos una modificación a nuestra forma de orar, entendamos mejor que es la Fe y a dónde nos conduce cuando oramos.
Dejar que la absoluta sabiduría de Dios  guíe nuestra vida, estar abiertos a distintas opciones que se nos presenten en el día a día, podría  ser Dios dándonos una nueva oportunidad.  Afrontar cada situación y salir adelante, sin mirar hacia atrás, atentos al presente que es en donde reside la existencia y  entonces estaremos listos para recibir la respuesta a lo que hemos pedido. Le llaman destino pero es Dios obrando en nuestra vida, es la vida misma que nos marca el rumbo que habremos de transitar y de esta manera esas intenciones llegarán como bendiciones en el mejor momento para nuestras vidas.

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