miércoles, 31 de agosto de 2016

Piel, pepitas, corazón… manual de uso para comer una manzana


Piel, pepitas, corazón… manual de uso para comer una manzana

Cerca de un tercio de la producción mundial de manzanas termina en la basura sólo porque lo habitual es no comerse el corazón de esta fruta. ¡Se trata de un desperdicio enorme!

Pero lo cierto es que esto no es reprochable, ya que comer el corazón de la manzana entraña dos importantes inconvenientes:

  • Restos entre los dientes. Las membranas duras y cortantes pueden quedarse atrapadas entre los dientes, una situación desagradable que incluso puede hacer sangrar las encías.
  • Cianuro en las pepitas. Las pepitas de manzana tienen un fuerte sabor amargo y, como ya sabe, la mayoría de malos sabores en la naturaleza sirven para alertarnos ante una sustancia peligrosa. Este también es el caso, puesto que las pepitas de manzana son ricas en cianuro.

El cianuro: un veneno muy potente

1 mg de cianuro por kilo de masa corporal es suficiente para enviar a alguien a la tumba; es decir, si usted pesara 70 kilos, 70 mg de cianuro podrían matarle.

Pero afortunadamente, aunque esta cantidad parezca muy poco, tendría que comer 143 pepitas de manzana para alcanzar esa dosis (o, lo que es lo mismo, comerse 19 manzanas de una sola vez).

Además, habría que picar finamente las pepitas para liberar todo el cianuro, por lo que no hay ningún riesgo de que pueda envenenarse, y menos aún si no mastica las pepitas. No tema: ¡tampoco se acumula a lo largo de la vida!

¿Por qué las pepitas de manzana saben a almendra amarga?

Que las pepitas de manzana tengan sabor a almendra amarga no es casualidad. Ambas son ricas en amigdalina, que es el elemento que se convierte en cianuro al contacto con los jugos gástricos.

La amigdalina se encuentra también en el hueso de las cerezas, albaricoques, ciruelas y melocotones, en la levadura de cerveza y también, aunque en menor cantidad, en la yema de huevo.

Aunque el sabor sea fuerte (y para algunos realmente desagradable), en pequeñas cantidades puede servir para dar un agradable perfume a ciertos platos o pasteles. Eso sí, recuerde que tampoco hay que abusar.

¿Algo entre los dientes? Aquí tiene un truco

Existe un truco muy eficaz para evitar que un pedazo del corazón de la manzana se quede entre los dientes.

En lugar de comer la manzana de la forma “clásica”, por el lateral, hay que empezar directamente por la base (es decir, por la parte opuesta a donde se encuentra o encontraría el rabito).

Debe comer la manzana subiendo de abajo hacia arriba; ¡le aseguro que apenas percibirá las duras membranas de su corazón!

Al final de este texto le dejo un curioso vídeo sobre el “mito” del corazón de la manzana; sólo dura 9 segundos, pero explica mejor que mil palabras el “arte” de comer una manzana por la base.  

Coma el corazón de la manzana y salve el planeta

Si come la manzana entera, incluido el corazón, evitará generar más residuos de los necesarios y no desperciará nada de esta deliciosa fruta. Pero todavía nos queda la cuestión de si también hay que comerse la piel o no.

Por un lado, en la piel de las manzanas se encuentran la mayoría de los polifenoles (de importantes efectos antioxidantes, antiinflamatorios y antialergénicos, entre otros.); pero, por otro lado, las manzanas se sitúan año tras año a la cabeza entre los productos que mayor carga de pesticidas contienen, según el Environmental Working Group (una organización estadounidense sin ánimo de lucro centrada en la investigación y la divulgación de formas de vida y consumo saludables, vinculadas a la protección del medio ambiente).

¡Menudo dilema!

Lo ideal es comer la piel de las manzanas, pero ¡ojo!: hágalo únicamente si tiene la certeza de que se trata de una manzana “bio” (o, mejor incluso, que provenga de un manzano plantado en su propio jardín, si tiene la suerte de contar con él). Si no, lo mejor será que pele la manzana o la lave muy bien (incluso con un cepillo con amukina) antes de comerla.

¡Más de 11.300 variedades!

La manzana forma parte de ese grupo de frutas cuya diversidad es tan prodigiosa -existen más de 11.300 variedades- como poco representada se encuentra en las fruterías y supermercados.

En nuestro país existen numerosas organizaciones que trabajan en la defensa de la calidad de la manzana tradicional (como la Federación de Manzana Autóctona y Sidra Natural de Gipúzcoa, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen de la Manzana Reineta del Bierzo, la Asociación Asturiana de Cosecheros de Manzana de Sidra, la marca de garantía de la Manzana Reineta del Valle de Las Caderechas, etc.).

Estos apasionados necesitan consumidores conscientes, como usted, para hacer revivir a estas variedades autóctonas, verdaderos tesoros olvidados con los que en la mayoría de los casos la industria ya no cuenta (por no ser lo suficientemente rentables).

La elección de una manzana autóctona forma parte de un consumo responsable y sostenible, pero créame: sus papilas gustativas también se lo agradecerán, ¡y mucho! Los sabores afrutados, acidulados y perfumados de estas viejas manzanas no tienen nada que ver con las artificiales e insípidas Golden y Granny Smith de la gran distribución.

¡A su salud! 

1 comentario:

  1. Muy interesante, es increíble todas las propiedades que tiene esta fruta.
    Abrazos.

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