
El Nous posee dentro de sí todas las potencialidades, esto es, todas las manifestaciones, de cualquier clase que sean, están en él, increadas, esperando el momento oportuno, la hora precisa, la localidad exacta, para manifestarse como entidades.
El Nous es la esencia de la cual viene toda creación. Si bien es la sustancia divina de la cual están hechas todas las cosas, es, sin embargo, dócil a la la Ley Natural.
El Nous es de caracter vibratorio, de naturaleza dual y trino en su manifestación. Opera a través de un sistema de armónicos, por medio de un Teclado Cósmico de ochenta octavas.
Cada octava representa un número definido de vibraciones de Nous, que empieza por dos vibraciones por segundo para la primera octava, y finaliza con trillones de vibraciones por segundo para la última octava.

Las siguientes octavas producen manifestaciones diferentes, y así sucesivamente en todas las ochenta octavas del Teclado Cósmico. En un lenguaje más comprensible, puede decirse que el Nous es una combinación de la Fuerza Vital y de la Consciencia Cósmica, que se mueve desde la fuente de emanación hacia la tierra en una forma ondulante, en infinidad de ondas que viajan a diferentes tasas de velocidad, siendo cada tasa característica de una fase especial de manifestación.
Dentro de éstas ondas, y viajando a la misma velocidad que ellas, se encuentran aquellas partículas de la Esencia del Nous, las cuales, agrupadas de acuerdo con las combinaciones numéricas específicas, hacen conocibles todos los modos de creación.
Es debido a cada tasa vibratoria de onda de Nous, que las masas creadas son capaces de emitir por sí mismas las vibraciones por medio de las cuales se conocen y se reconocen.