sábado, 18 de julio de 2015

10 mitos de las enfermedades reumáticas que no debes creer


Las enfermedades reumáticas han existido desde siempre. A lo largo del tiempo, incluso en la actualidad, todo mundo ha intentado encontrar respuestas sobre su naturaleza, daños y remedios.
A pesar de la buena intención, muchas de esas respuestas han sido inventadas por personas que basan sus argumentos en lo que ven o en lo que escuchan, pero esto no siempre es lo correcto. A continuación te presentamos las cosas más comunes que se dicen sobre estas enfermedades y que por supuesto ¡no debes creer!
1.    Son exclusivas de la tercera edad.  Es un error: estas enfermedades pueden presentarse desde la niñez; es más probable padecerlas en la adultez y vejez, pero no descarta a los más jóvenes.
 2.    Se trata de “reumas”. El reuma no existe, y si alguien te dice que tienes reumas está mal; no es un diagnóstico correcto, simplemente porque no hay una enfermedad con ese nombre. Lo que si existen son las enfermedades reumáticas, cada una con características y tratamientos diferentes.
 3.    Son causa del frío o de cambios bruscos de temperatura. No es verdad que se originen o surjan a causa del clima. Lo que realmente ocurre es que las molestias (dolor y rigidez) se agravan cuando hace frío; por eso las personas que sufren alguna de estas enfermedades se sienten mejor en ambientes cálidos.
 4.    No se pueden prevenir. Es cierto que algunas de estas enfermedades no se pueden evitar, pero hay otras que sí como la osteoporosis. Recuerda que existen factores de riesgo que está en tus manos controlar, como el sobrepeso o el hábito de fumar. Si modificas tu vida de tal manera que sea lo más sana posible, podrás postergar o incluso impedir la aparición de la enfermedad. 

 5.    No tienen remedio. La mayoría de estas enfermedades no tiene cura, pero sí se pueden controlar. Existen tratamientos que permiten a las personas llevar una vida de calidad. Lo peor es pensar que no hay nada qué hacer y “resignarse”, estas enfermedades empeoran con el tiempo y más vale tratarlas en los primeros síntomas, aún cuando sean soportables.
 6.    Impiden hacer ejercicio. Ni lo pienses: está demostrado que muchas de estas enfermedades mejoran con el hábito del ejercicio. Se recomiendan aquellos que traten sólo de movimiento, como nadar, caminar o practicar Tai-Chi; y se deben evitar aquellos que demanden mucho esfuerzo e impacto a las articulaciones y huesos como cargar pesas o el box.
 7.    Afectan exclusivamente a huesos y articulaciones. Falso: las enfermedades reumáticas son las que atacan al aparato locomotor: huesos, articulaciones y ligamentos, es cierto, pero también pueden manifestarse en otros órganos y partes del cuerpo como la piel, riñones, los ojos y el corazón.
 8.    Si tengo una enfermedad reumática se me van a deformar los dedos. No en todas estas patologías se produce deformación; por ejemplo, es posible que se ocasione en la artritis reumatoide y osteoartritis, pero si se detecta en una etapa temprana y se atiende con un tratamiento adecuado, se pueden evitar.
 9.    Sólo se da por herencia. Muchas de estas enfermedades se desarrollan por factores genéticos, pero no necesariamente. Una persona puede padecer alguna enfermedad reumática aún si no tiene ningún familiar con el mismo problema. Lo que sí es correcto es que alguien tiene más probabilidad  a desarrollar una enfermedad reumática si su familia  lo padece; la clave es poder evitarlo tomando medidas de prevención.

 10.  Se pueden tratar con “remedios caseros”. No, no y no. Es verdad que algunos de estos remedios pueden ayudar a mejorar los síntomas y el dolor, sin embargo no son suficientes. Puedes sentir alivio, pero no estás deteniendo la enfermedad. Es necesario que lleves un tratamiento farmacológico y a la par puedes aplicar los remedios caseros. Eso sí, siempre debes consultar con tu doctor todas las decisiones que tomes para mejorar tu salud.
 Artricenter

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