Pensando en voz alta

Cuando un buen estudiante Rosacruz toma el buen camino con paso firme podrá sufrir debilidades, interrupciones y tentaciones, mas nunca sufrirá una caida definitiva. Tendrá esas experiencias, pero al dominarlas enriquecerá su conocimiento y le facilitará aún mas ascender nuevos peldaños. Sobre todo manifestará, profunda bondad, tolerancia y amor fraternal hacia todos, cualidades éstas que materializan la unidad de la naturaleza humana, cuando ésta se fusiona con el Todo original y es absorbida por la Conciencia Divina que está siempre presente.
Esta absorción no ocurre por completo hasta el punto en que desaparecen las características personales. ¡No! El Todo se expresa en cada uno de nosotros de una manera individual. Podríamos decir que, cuando se alcanza el estado místico, nuestro corazón palpita al mismo ritmo que late el corazón universal, y es así como se reconoce que se ha alcanzado la maestria. ¡Qué importan los pensamientos, las palabras y las acciones! Todo los que nos atraen con fuerza poderosa es el silencio.
Participamos en el juego del mundo, pero somos, una célula vibrante del Cosmos. Podemos estar aislados en la sociedad humana, pero formamos parte de la vida y de la creación universal. Desempeñamos nuestro papel como seres humanos y cumplimos nuestra misión como hijos de Dios. Todo es así de simple para la persona que quiere ver y comprender. Todo es así de hermoso para quien quiere maravillarse y regocijarse. Se nos ha dicho que debemos ser cual niños pequeños. Indudablemente, esto significa que debemos de ser puros, confiados, y poseer la belleza fundamental de la infancia. Pero estoy seguro de que esto implica tambien el intenso deseo de conocer y de admirar, puesto que éstas son características de los niños.
(F:R:C:)