lunes, 2 de marzo de 2020

He aprendido a decir la verdad...

He aprendido, sin embargo,
en los últimos años que la verdad
lo conquista todo.
Y donde la mentira oscurece,
la verdad ilumina;
donde las mentiras hieren,
la verdad sana;
donde las mentiras atrapan,
la verdad nos libera.
Así, la manera madura
y más efectiva de tratar
una situación en la que
otro riega mentiras sobre uno,
os animo que no sea contestando
con ira, odio y mentiras,
sino con gozo, amor y verdad.
Porque es el que dice solo la verdad
el que gana la guerra.
Sin importar lo bueno o lo malo…
la verdad es siempre la mejor herramienta
para ganar una guerra de palabras,
choques de personalidad y conflictos de ego.
La próxima vez que escuches algo falso sobre vosotros,
no le deis importancia.
¡Tenemos cosas más importantes que hacer!
Vayamos y acomodemos nuestros calcetines,
observemos la pintura secarse,
o quedémonos viendo una pared…
y os prometo que aquel será tiempo
mejor empleado que en preocuparnos
sobre afirmaciones falsas,
dañinas y negativas.
No permitamos que las acciones de otros
determinen cómo vivimos la vida.
Si nos detenemos a pensar acerca
de lo que los demás piensan sobre nosotros,
no tendremos tiempo suficiente
en el día para pensar acerca de nada más.
Que tengáis un día lleno de paz, armonía y felicidad.

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