jueves, 28 de octubre de 2010

¿Como curar con las piedras?




La naturaleza de la enfermedad: Es indispensable determinar en primer lugar que la enfermedad es principalmente el resultado de un conflicto, de una disonancia entre el "Yo" interior, que es la identidad del alma, y el ego, que es la personalidad del "Yo" físico. Es en los motivos de este conflicto donde se oculta el origen real de la afección.
El miedo, la complacencia y la compasión de sí mismo, la mentira y la debilidad son otras tantas falsas coartadas que impiden remontar a la fuente del mal que padecemos. Sin embargo la curación no es posible si nó encontramos y comprendemos la causa fundamental de nuestro mal. Pero, ¿De donde se encuentra la información que buscamos? ¡ En nuestro inconsciente!
¡La salud es armonia! El papel desempeñado por los cristales y las piedras es inagotable.
¿De donde obtienen su poder? De la tierra y del Cosmos. Su belleza es el resultado de su perfección. Ahora bien, quien dice belleza, dice armonia y equilibrio. Siendo la enfermedad un desequilibrio, la belleza es, pues, el remedio ideal.
El cuerpo y el alma deben cuidarse y limpiarse en profundidad, purificarse, aún cuando esta operación a veces extremadamente dolorosa, es preciso pasar por ella, los dos están en perpetua evolución y el alma, en particular, tiene necesidad, en el curso de su proceso de crecimiento y desarrollo, de esta armonización de sí misma con el Cósmos. Por tanto, como sucede por ejemplo en el caso de un coche, de vez en cuando es necesario conseguir la nivelación de las ruedas. Los cristales y las piedras hacen las veces de catalizadores y dan el impulso que conducen a la purificación.
La Nueva Era de aportar un cambio de conciencia fundamental. De un periodo de aislamiento dominados por pensamientos de rupturas, pasamos a un periodo de reconciliación, comunicación y unidad.
El aislamiento ha sido causa de grandes conflictos y profundos sufrimientos. ¡Tengamos confianza en la unidad de las cosas! Volver a la fuente es comprender su significado. La tierra tiene una compasión sin límites por nosotros y además, es capaz de curar a todos. Es esta una condición irrefutable. ¡Tengamos además de buscarnos en la naturaleza misma de la vida y comprender sus misterios que son igualmente los nuestros!
Descendamos a nosotros mismos al encuentro de nuestra alma y entremos en nuestro corazón para "Ver" lo que allí ocurre, combatir y extirpar el mal que allí alberga. Lo que termina por matar al planeta poco a poco es nuestra propia enfermedad.
La tierra tiene una compasión sin límites por nosotros, y, además, pone a nuestra disposición todos los utensilios necesarios para curar. Es necesario tener confianza en ella y en las capacidades de sus creaciones, los cristales y las piedras, pues, se está entonces en la posibilidad de vivir una experiencia fabulosa: La de sus poderes mágicos.

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