Los beneficios de tomar agua con limón
A las propiedades del limón le sumamos los beneficios del agua. ¿Cómo sacar el máximo provecho de ambos?
La palabra hidratación tiene su origen en la palabra hydros del griego antiguo que significa agua. Por lo que es fácil deducir que para estar bien hidratado, el agua es el elemento esencial. Y es que su valor biológico es innegable, tanto es así que se ha demostrado científicamente que aunque el ser humano es capaz de vivir varios días sin alimento, apenas aguantaría unos días sin agua.
El limón tiene innumerables usos y beneficios para nuestra salud. Podemos incluirlo en nuestra alimentación diaria a través de zumos, como aliño en ensaladas, como condimento salsas de pescado, en nuestros guisos de carne, incluso en postres. En Bekia te comentamos otra opción para incorporar este cítrico a tu dieta que aúna no solo las propiedades del limón sino también de la hidratación. El agua con limón es muy fácil de preparar y tiene un coste bajo, por lo que se ha convertido en un potente aliado de belleza y salud.
El agua: sinónimo de salud y belleza
Lo primero que nos dicen en una dieta sana y equilibrada, ingerir dos litros de agua al día. Cuando llega el calor y las autoridades sanitarias nos aconsejan sobre cómo combatirlo, nunca falta la importancia de beber agua. Cuando tenemos fiebre o sufrimos diarrea, el médico siempre nos manda beber agua. Un truco infalible de belleza de todas las modelos, estar bien hidratadas. Y así, un sinfín de ejemplos.
El planeta Tierra está compuesto por un 70% de agua y lo mismo ocurre con el cuerpo humano, casi dos tercio de su peso es agua. Parece mentira, ¿verdad? Pues el cerebro está compuesto casi en su totalidad por agua, seguido de la sangre y de los músculos donde el porcentaje ronda el 80%. Hasta las estructuras más sólidas como los huesos poseen cerca de un 20% de agua.
Todo nuestro cuerpo necesita agua para funcionar, cada célula, tejido y órgano. El agua es esencial para la salud física y mental de nuestro cuerpo. Estar bien hidratados ayuda a nuestro cuerpo por dentro, pero sus beneficios también se aprecia en nuestro exterior. Hay que tener presente, que perdemos agua a lo largo del día, a través del sudor, la orina y heces, incluso al respirar. Por eso es necesario consumir unos dos litros de agua al día, cerca de ocho vasos aproximadamente. Obtenemos agua también de los alimentos, aproximadamente un tercio de la cantidad diaria necesaria.
El cuerpo usa el agua para mantener la temperatura corporal, eliminar sustancias de desecho, lubricar las articulaciones, interviene en los procesos metabólicos de las células, favorece la digestión y previene el estreñimiento, ayuda a mantener la elasticidad de la piel...
Existen personas que deben vigilar más su hidratación como son los ancianos, los niños y los lactantes, las mujeres embarazadas o que estén dando el pecho, personas que sufran problemas de vejiga, si se viven en climas secos y calurosos, o si se padece fiebre, diarrea o vómitos. Durante el ejercicio también es muy importante reponer el agua perdida.
Los expertos aconsejas beber cada dos o tres horas como mucho, y nunca esperar a tener sensación de sed. Algunos de los otros signos de deshidratación son: orina más oscura, boca seca, fatiga, cefalea, mareo, confusión y somnolencia, entre otros.
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