domingo, 25 de septiembre de 2016


Llega el otoño epoca de cambio y de transformación con el equinoccio otoñal se presenta otra nueva oportunidad de sincronizar nuestras vidas con los ritmos de la Naturaleza. El 21 de septiembre marca el final del verano, la estación de la plenitud, por lo que, a partir de ahora, y hasta el solsticio de invierno, los días serán más cortos. La luz comienza su viaje de regreso a la oscuridad. Pero esta fecha es también el inicio de una segunda cosecha para muchos productos de la Tierra. De ahí que desde la Antigüedad los pueblos agrícolas hayan multiplicado los rituales en torno a ella para darle la bienvenida y atraer una nueva prosperidad. Las fiestas populares más célebres de esta época son quizá las de la vendimia. Aún hoy en numerosos lugares se comienza bendiciendo los frutos y agradeciendo a Dios la cosecha de la uva. Se dice que los druidas llamaban a este día Mea’n Fo’mhair, honraban a la deidad del bosque y ofrecían libaciones de sidra y vino a los árboles. La religión wiccana moderna ha bautizado el equinoccio de otoño con el nombre de Mabon, dios galés del vino, ES EPOCA DE DAR GRACIAS POR LOS FRUTOS RECIBIDOS Y POR LA ABUNDANCIA QUE ABRA DE LLEGARNOS.
Transformación completa
El otoño es también una época muy propicia para reflexionar sobre el principio y el final de todo. Recuerda que el apego al pasado impide la llegada de lo nuevo. VAMOS A SOLTAR PARA PODER AGARRAR. NO TENGA MIEDO AL CAMBIO.
Libérate de bloqueos energéticos. Cuando el Aura está sucia se vuelve oscura, sombría y atrae energías de baja vibración, afectándonos la salud, las relaciones con los demás y cualquier campo de actividad en nuestra vida.
La limpieza del aura restablece nuestro equilibrio y nos devuelve la vitalidad física, mental y emocional.
Tened en cuenta que cuando estamos vibrando a una alta frecuencia (siendo optimistas, vibrando en positivo, queriéndonos, estando felices con hacer el bien, etcétera), las vibraciones inferiores no pueden afectarnos.
Pero desde el momento en el que nosotros no vibremos de esta manera, todas estas energías inferiores pueden hacernos daño, sobre todo daño psíquico, ya que las enfermedades no son más que reflejos en el cuerpo físico del plano espiritual, mental y emocional.

Esas energías al vibrar y atacar desde esos planos (sobre todo emocional) tardan en afectar al cuerpo físico, pero una vez estemos nosotros de bajón, sentiremos que nos falta energía, las cosas parece que no nos salen bien, pensamos negativamente e incluso con el tiempo notaremos dolores de cabeza, físicos, etc.
En la vida diaria, nosotros vamos acumulando energías no deseadas
Yo soy espiritual

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