Lo que experimento ante un proceso doloroso siempre es elección mía. Puedo esconder la cabeza bajo el ala y hacer como si no pasase nada; puedo ahogarme en autocompasión, o en rabia y angustia; puedo enfrentarme al futuro con miedo.
O, puedo decir “sí” a mi enfermedad, a mi dolor, a mis emociones, a mi confusión y a la reacción de los demás y utilizar todo ello como una oportunidad para crecer interiormente, algo que aumente mi capacidad de aceptación, paz y sabiduría; puedo soltar y avanzar.
Si aprendo a experimentar el ser interior y mis cualidades como algo independiente de mi cuerpo, estado de salud y de mis relaciones, entro en contacto con mi fuerza interior y mi capacidad para resolver y aceptar los cambios.
Y, al empezar a comprender que soy una persona digna, con independencia de mi estado corporal y del resto de mis circunstancias, empiezo a desarrollar la fe en el resultado final de la propia vida.
El proceso de soltar puede ayudarme a avanzar hacia un reconocimiento de lo que he conseguido en la vida, de mis momentos felices y de las preciosas ocasiones de que he disfrutado al compartir, y de las que todavía dispongo. Puedo empezar a “vivir” de nuevo, todos los días sin excepción.
B. Kumaris
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si consideras que te ha gustado o simplemente no te gusta lo que esta aquí escrito házmelo saber, me ayudara a superarme.