Los individuos con artritis reumatoide (AR), enfermedad crónica, dolorosa e inflamatoria que afecta las articulaciones y tejido conectivo, buscan constantemente la manera de aliviar sus síntomas mediante la alimentación y los suplementos dietéticos. Aunque los investigadores aun no encuentran el elixir mágico que cure la AR, varios estudios parecen demostrar una conexión entre ciertos alimentos y la inflamación que caracteriza este trastorno autoinmunológico. Antes de tomar suplementos o hacer una dieta especial, consulte con su doctor. Estas tácticas pueden interactuar con sus medicamentos de manera involuntaria.
Lo mejor para quienes tienen AR –y cualquiera— es una dieta balanceada que, según la FDA, debe basarse en una alimentación de origen vegetal. Fundamentalmente debe incluir frutas, verduras, legumbres y cereales integrales. Su dieta debe contener proteína de fácil absorción y digestión (ejemplos son la proteína de soya, el maíz, los frutos secos, las legumbres y las semillas), los cuales alcanzan hasta una concentración de proteína por peso del 35%, y el gluten --que muchas personas veganas consumen-- de hasta un 70%.
Alimentos que ayudan a combatir la artritis reumatoide Entre los alimentos que cuentan con propiedades antiinflamatorias está la linaza, que lubrica las articulaciones y disminuye el dolor de las mismas. Asegúrese de pulverizarla para aprovechar sus beneficios, que incluyen la presencia de ácidos grasos omega -3.
Los estudios han demostrado que los ácidos grasos omega -3 son agentes antiinflamatorios, La semilla de linaza es un laxante natural, así que sea cuidadoso y tome mucho líquido. Su fibra puede impedir la absorción de algunos medicamentos. Además, actúa como anticoagulante, así que tenga precaución cuando tome medicamentos de este tipo, aspirina, u otros AINE; hable primero con su doctor.
Aumentar su ingesta de fibra derivada de frutas, verduras y cereales integrales también le ayuda a disminuir la inflamación. Las investigaciones muestran que incluir fibra en la dieta resulta en menores niveles de proteína C reactiva en sangre, la cual indica inflamación. Las fresas, sean frescas o congeladas, parecen ofrecer particular beneficio en los niveles de esta proteína.
El aceite de oliva extra virgen también ayuda a reducir la inflamación, del mismo modo que losantiinflamatorios no esteroides, AINE, como lo hacen el ibuprofeno o la aspirina, pues contiene una sustancia llamada oleocantal que inhibe las enzimas responsables de la inflamación.
No obstante, tal vez no sea conveniente que se deshaga de todos sus medicamentos aun. Se requieren 3 ½ cucharadas de aceite de oliva (400 calorías) para lograr el nivel de propiedades antiinflamatorias de una tableta de 200 mg de ibuprofeno. Mejor utilice este aceite como opción baja en grasas en sustitución de otros aceites y mantequilla.
Suplementos e inflamación
Los investigadores han descubierto que las personas con AR presentan niveles bajos de selenio, mineral que se encuentra en productos integrales (además de la semilla de ajonjolí y el ajo). El selenio actúa como antioxidante, por lo cual se ha propuesto que ayuda a prevenir el cáncer. El ajo, por ejemplo, puede aumentar los niveles de antioxidantes en el cuerpo y tiene propiedades antiinflamatorias. Sin embargo, el selenio podría aumentar el riesgo de desarrollar diabetes, así que hable con su médico antes de tomar suplementos que lo contengan.
La vitamina D, que se asocia al calcio y la protección contra la osteoporosis, también podría disminuir el riesgo de AR en mujeres mayores al ayudarlas a regular el sistema inmunológico. Buenas fuentes de vitamina D incluye panes, cereales y bebidas fortificados así como adecuada exposición al sol.
¿Pueden causar inflamación los alimentos?
Del mismo modo que algunos alimentos parecen aliviar la inflamación, los compuestos de otras la empeoran. Consumir hamburguesas, pollo y otras carnes a la parrilla o fritas a altas temperaturas aumentan ciertas sustancias en la sangre llamadas AGE (productos finales de glucosilación avanzada). Aunque no existe una correlación directa entre los AGE y la artritis, se han detectado niveles altos de ellos en los individuos que presentan inflamación.
Otras sustancias que pueden elevar la inflamación son los ácidos grasos omega 6, que se encuentran en muchas carnes, yema de huevo, comidas fritas y alimentos chatarra. Ingerir más ácidos grasos omega 6 que omega 3 incrementa el riesgo de inflamación articular y obesidad. Tenga siempre a la mano frutas y verduras frescas para evitar muchos de los productos que usualmente contienen ácidos grasos omega 6.
Como resultado del tratamiento con esteroides o de la menopausia, algunas personas con AR carecen de ciertos minerales y vitaminas. Las deficiencias más comunes son las de ácido fólico, vitaminas C, D, B6, B12 y E, calcio, magnesio, selenio y zinc. Los nutriólogos coinciden en que la mayoría de los nutrientes deben provenir de los alimentos y no de los suplementos. Sin embargo, puede que necesite un suplemento si usted presenta desnutrición. Hable con su médico antes de tomar cualquier suplemento.
En conclusión, si quiere mejorar su dieta y tiene AR, lo mejor es optar por alimentos saludables y balanceados. Una forma de lograrlo es adoptar una dieta rica en plantas: legumbres (frijoles, garbanzos, habas, lentejas, soya, etc.), cereales integrales (arroz, semillas de todo tipo, maíz, avena, centeno, cebada, quínoa, etc.), verduras (raíces, como la yuca; tubérculos, como la papa; bulbos, como la cebolla; tallos, como el espárrago; brotes o germinados como la alfalfa; hojas como las espinacas y flores como el brócoli), frutas (frescas o deshidratadas como las pasas y orejones, frutos secos como las nueces, las almendras, los pistaches, etc.), setas (enoki, champiñones, shiitake. etc.). Deguste una variedad de “leches” (muchas personas son intolerantes a la lactosa y no lo saben) como la de coco, almendras, arroz, soya, avellanas, etc. y sus derivados correspondientes (como las imitaciones de productos lácteos), por ejemplo queso de soya o crema de coco. También existen alimentos de gran valor nutricional aunque le pudieran parecer más exóticos: de origen marino están las algas y la espirulina; o los fermentados cuyo ejemplo son el miso japonés, la levadura y el yogurt que también es un probiótico). Use aceite de oliva para cocinar, y reduzca la ingesta de productos demasiado procesados y refinados. Trate de consumir dulces en moderación, pruebe la miel de agave o la de maple en vez del azúcar blanca.
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