sábado, 26 de diciembre de 2015

¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE DORMIR BIEN?


¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE DORMIR BIEN?

Dormir bien no solamente permite descansar y recuperar energía, también facilita la regeneración de células de la piel y la secreción de la hormona del crecimiento. Los beneficios del buen dormir siguen siendo estudiados y se sabe que la falta de sueño puede perjudicar los sistemas inmunológico y nervioso; la coordinación y la concentración, y desde luego, al humor.

Que duermas bien no quiere decir que duermas horas y horas, sino que el tiempo que duermas sea de calidad y suficiente para que recuperes tu energía y comiences con vitalidad un nuevo día. Tu calidad de vida depende en gran medida de la calidad de tu sueño. Investigaciones recientes han demostrado una clara relación entre la cantidad y la calidad del sueño y el estado de la salud y la esperanza de vida.

Al realizar tus actividades diarias: trabajo, deporte, ocio, tu cuerpo consume energía y necesita descanso adecuado para continuar un funcionamiento eficaz. Pero, no siempre se duerme bien. Quizá tengas problemas para dormir, sobre todo algunas noches, tras un día agotador y estresante.

La falta de sueño genera problemas de salud a la mitad de la población y los especialistas estiman que unos 13 millones de españoles padecerán a lo largo de su vida algún trastorno relacionado con el sueño.

El número de horas de sueño que una persona necesita depende de diversos factores, tales como la edad. Mientras un bebé puede dormir aproximadamente 16 horas al día, las y los adolescentes requieren alrededor de 9 horas. En el caso de la gente adulta, se suele necesitar entre siete y ocho horas, pero esto es relativo, porque hay individuos a quienes les basta dormir 5 horas y otros que no pueden dejar de hacerlo durante 10 horas seguidas.

Pasamos un tercio de nuestra vida en brazos de Morfeo. Unos 25 años, aproximadamente. Sin embargo, muchas veces no damos al descanso nocturno la importancia que merece.

Nuestros malos hábitos de sueño influyen de forma negativa en el organismo: dolores de espalda, insomnio crónico, somnolencia diurna, gastroenteritis, hipertensión y cardiopatías son sólo algunas de las nefastas consecuencias que pueden evitarse intentando mejorar aquellos factores que influyen en la calidad de nuestro sueño.

Conseguir mantener unos hábitos adecuados al acostarnos es uno de los principales. Las rutinas antes de dormir son muy importantes, ya que de esta manera acostumbramos al cuerpo a seguir un ciclo regular. La primera recomendación es acostarse en cuanto aparezcan los primeros signos de sueño. Procura dormir el número de horas que necesitas. Tomar un baño caliente, un vaso de leche templada o escuchar música tranquila son actividades relajantes que nos ayudarán a conciliar el sueño. Intenta aparcar tus problemas personales antes de dormir: no dejes que los conflictos laborales o familiares te quiten el sueño.



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