La mitad de la población, afectadaLa mitad de la población sufrirá hemorroides en algún momento de su vida, normalmente entre los 20 y los 50 años. No es un problema exclusivo de personas de edad avanzada o que sufren estreñimiento; le puede pasar a cualquiera, incluidas las personas sanas que pasan mucho tiempo sentadas.Las hemorroides, tanto internas como externas, son dilataciones e inflamaciones de las venas del recto y del ano. La diferencia principal reside en el dolor. Las hemorroides internas no duelen porque las venas hinchadas se encuentran en la parte alta del recto, que no tiene nervios. Puede que no se experimente ningún síntoma, sino que lo normal es detectar que las heces aparecen manchadas de sangre. Verá restos de sangre en el papel o en la taza. Si la mancha es de color rojo indica que el sangrado se ha producido en la parte inferior del tracto gastrointestinal. Si se produce más arriba o en el estómago, la sangre se va coagulando durante la digestión y presenta un tono más oscuro. Otra señal que identifica las hemorroides internas es que las deposiciones son líquidas y dan la impresión de no tener fin. Las hemorroides externas pueden llegar a doler muchísimo. Algunas personas no pueden ni caminar. Si no se tratan correctamente, podrían trombosarse, es decir, aparecerían coágulos en su interior, obstruyéndolas. Un estilo de vida equivocadoLa frecuencia con la que aparecen las hemorroides en los países industrializados no es casual, dada la dieta y forma de vida de la mayoría de la población. En el resto de países no ocurre tan a menudo.Las hemorroides se originan por una presión demasiado fuerte sobre venas varicosas debilitadas. Esa presión se produce por problemas digestivos provocados a su vez por una alimentación pobre en fibra, sedentarismo (en concreto, el trabajo de oficina) y obesidad. También las sufren con frecuencia las embarazadas, aunque en muchas ocasiones desaparecen después del parto. Los hábitos que se tienen al ir al baño pueden agravar la situación, provocando irritaciones, sangrados y picores:
Atención a los sangradosEn caso de que sufra sangrados relacionados con las hemorroides, consulte con su médico, sobre todo si es la primera vez que le ocurre.Estos sangrados pueden tener un origen más grave (como, por ejemplo, un cáncer colorrectal, una forma frecuente de cáncer). Recuerde que la vitamina D es una de las mejores armas para disminuir el riesgo de padecer cáncer de colon. Es necesario tomar el sol y consumir suficiente pescado (tres raciones a la semana). Prevenir las hemorroidesLa principal causa de las hemorroides es el estreñimiento, que generalmente se origina por una dieta deficiente, falta de ejercicio físico, estrés y escasa ingesta de líquidos.También puede originarse por el abuso de laxantes químicos, el síndrome del colon irritable y el hipotiroidismo. Para prevenir el estreñimiento, haga lo siguiente:
Remedios naturales contra las hemorroides:Sin lugar a dudas, la primera planta que se debe utilizar es la hamamelis. Los indios americanos la utilizaban ya antes de la llegada de Cristóbal Colón. La Comisión E de Alemania (sobre plantas medicinales), la Cooperativa Científica Europea sobre Fitoterapia (ESCOP) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconocen el uso de la hamamelis para curar las varices y las hemorroides. Sus hojas y corteza contienen entre el 8 y el 12% de los taninos con efectos astringentes (es decir, que cierra los poros y contrae la piel), antiinflamatorios y hemostáticos de toda la planta. Para fortalecer las venas, el rusco (Ruscus aculeatus), también conocido como acebo menor o arrayán salvaje, es la planta de elección. También se le conoce como “la planta de las piernas ligeras” porque constituye un excelente alivio para la pesadez de piernas. Contiene un glucósido esteroide, la ruscogenina, utilizada en las pomadas para las hemorroides o las bolsas de los ojos. En efecto, su raíz, o más exactamente su rizoma, tiene virtudes diuréticas y vasoconstrictoras, lo que significa que contrae las venas. La ruscogenina se utiliza habitualmente junto con la quercetina. Es un flavonoide con efectos antiinflamatorios que a menudo se asocia con la vitamina C, y a ella le deben sus propiedades medicinales tanto el ginkgo como la hierba de san juan. Hay que tomar de 200 a 400 mg tres veces al día. El castaño de indias (Aesculus hippocastanum) contiene también taninos catéquicos, flavonoides, derivados purínicos y saponósidos triterpénicos. Éstos últimos constituyen la aescina, conocida por sus propiedades antihemorroidales. Se utiliza mucho en homeopatía. En caso de emergencia, si no tiene cerca ninguna herboristería, puede utilizar cubitos de hielo. Huelga decir que sólo sirven para tratar las hemorroides externas. No aplique el cubito directamente sobre la piel, sino envuelto en una tela para evitar posibles quemaduras por el frío. También puede aplicarse crema de aloe vera sobre la zona dolorida. El tratamiento quirúrgico queda reservado para los casos más graves y como último recurso, si no se encuentra ninguna otra solución. ¡A su salud! Juan-M. Dupuis |
sábado, 14 de julio de 2018
Prevención y tratamiento de las hemorroides
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