Los buenos preparadores físicos están abandonando masivamente los abdominales “clásicos”, ya que provocan demasiadas lesiones de espalda.Un estudio americano realizado sobre 1.500 personas ha demostrado que el 56% de las lesiones vinculadas a los abdominales se producen durante determinadas pruebas físicas: las carreras, las flexiones y los abdominales.Hacer abdominales daña las vértebrasLos músculos abdominales son los que mantienen el cuerpo derecho, pero para ello trabajan estrechamente con los lumbares (los de la zona inferior de la espalda), formando un “equipo” indivisible.En el ejercicio de abdominales más común, el que todos conocemos, usted pasa de estar tumbado boca arriba a sentado, apretando el abdomen y a menudo con las manos sobre la nuca. Lo que ocurre con los ejercicios “clásicos” de abdominales es que no ejercitan los lumbares. Con el tiempo, su tronco se desequilibra en beneficio de los abdominales y su espalda queda debilitada, lo que aumenta el riesgo de dolores y lesiones. A ello se suma que los abdominales ejercen una presión de varias decenas de kilos sobre los discos invertebrales (los anillos cartilaginosos que se encuentran entre las vértebras). Cada uno de estos discos funciona como un cojín amortiguador. Sin embargo, al tratarse de cartílago, son relativamente frágiles y, si los músculos lumbares están menos desarrollados de lo normal, realizar abdominales con frecuencia puede terminar dañándolos. Si alguno de los discos se ve comprimido durante la realización de ejercicios abdominales, la protrusión forzada del disco intervertebral hacia delante puede afectar al nervio raquídeo o a la propia médula espinal, lesionándolos. Se arriesga entonces a sufrir una hernia discal (o de disco) con inflamación, a la que acompañan unos dolores que pueden llegar a ser verdaderamente terribles. A menudo es el “nervio ciático” el que se inflama, provocando un dolor casi paralizante que va desde la nalga hasta el pie. De hecho, la médula espinal -que atraviesa la columna vertebral- es un punto de paso esencial; es la encargada de transmitir cada mensaje nervioso, incluyendo los de dolor. Alternativas sin riesgo para lograr un abdomen y una espalda firmesAhora se entiende mejor por qué los formadores de la Academia Naval de Estados Unidos argumentan que los abdominales son algo ya superado, por contraproducentes y porque desequilibran la musculatura del tronco.Aquella investigación probó que resulta mucho más eficaz ejercitar la zona practicando los dos ejercicios con pelota que puede ver a continuación y que más abajo encontrará detallados: El Dr. McGill, especialista de la columna vertebral en la Universidad de Waterloo, en Canadá, recomienda otro método para realizar abdominales de forma segura: tumbado boca arriba y con una pierna flexionada, coloque sus manos debajo de su espalda para aliviar la región lumbar. A continuación, levante la cabeza del suelo unos 10 cm contrayendo los músculos del abdomen. Los abdominales… ¡tampoco le aseguran un vientre plano!Lucir lo que llamamos una “tableta de chocolate” y tener un vientre plano son dos cosas diferentes; cada cosa requiere el trabajo de unos músculos diferentes, por lo que una no implica la otra.Los abdominales son los músculos que hacen flexible al tronco, pero son demasiado superficiales como para ser capaces de mantener los órganos por dentro de la línea del abdomen, lo que llamaríamos “vientre plano”. El músculo que es capaz de hacerlo, el transverso, se encuentra bajo los abdominales. Se trata de un gran músculo que rodea al tronco por la cintura (por encima de la grasa que se acumula justo encima de la cadera). Ejercicios para trabajar el músculo transversoAquí van una serie de ejercicios para trabajar el músculo transverso del abdomen y evitar la acumulación de grasa:
Aprovecho para recordarle que la grasa visceral, la que se acumula en la zona del abdomen, es la peor que se puede tener (dentro de lo malo, sería mucho mejor que la grasa se acumulase en los muslos, por ejemplo). El vientre prominente es, por lo tanto, una señal ante la que hay que preocuparse. Para combatirlo, el primer paso (de hecho, el más importante) son los consejos nutricionales que le ofrecemos en Tener S@lud, pero también resultan indispensables el ejercicio físico de gran intensidad y, en particular, los ejercicios de musculación como los que hoy ha visto. ¡A su salud! Juan-M. Dupuis |
domingo, 18 de diciembre de 2016
Cómo lograr un vientre firme sin dañar la columna
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