¿Cómo no estar fascinados por la idea de que los astros ejercen una
influencia sobre nuestras vidas? En el momento de nuestro nacimiento
entramos en el seno del zodiaco, y en este instante, es cómo si quedara
grabado en nosotros un cliché: según su posición, las estrellas y los
planetas dibujan una especie de figura que da las grandes líneas de
nuestro destino, en función de lo que hayamos vivido en nuestras
existencias anteriores.
Muchos se oponen a dar a la astrología la
denominación de ciencia. Pues bien, digamos que es un arte, y un arte
difícil. Lo que es difícil, es precisamente interpretar todas las
relaciones que, según sus posiciones, mantienen los cuerpos celestes
unos con otros. Pero, como dicen los astrólogos, «los astros inclinan,
pero no determinan»: un tema astral da solamente una orientación.
Ciertamente, es interesante buscar en la astrología revelaciones
sobre nuestro destino. Pero más interesante aún es ver en ella un
sistema de símbolos que nos permite comprender los mecanismos de nuestra
vida psíquica en conexión con el universo, a imagen del cual hemos sido
creados.
Omraam Mikhaël Aïvanhov
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